Elisa
Confesiones a su hijo
A los 9 años Elisa fue arrancada de su terruño, en donde jugaba descalza y se bañaba en un tibio río de la Costa para pasar a la rigidez de un internado de niñas huérfanas en la Sierra. Cada despertar era distinto, cada mañana le esperaba un cambio y un sobresalto.
Aprendió a perderlo todo y a comenzar de nuevo. Sus vivencias le forjaron un corazón noble y su alma decantó en una peculiar inocencia y compasión.
El autor de esta obra registró las narraciones de su madre y los acontecimientos que vivió junto a ella. Por mucho tiempo fue recopilando datos y completando con su imaginación los episodios que se escriben en estas páginas.