Lengua plena
La tradición oral en San Isidro: historias, leyendas, espíritus
Los cuentos, historias, versos, etc., que estamos recogiendo en las entrevistas a las personas mayores de San Isidro, pertenecen al acervo cultural llamado “tradición oral”.
De algún modo, tradición oral equivale a palabra, y se contrapone a escritura. ¿En qué sentido?
Nuestra gente mayor ha sido iletrada, como lo han sido la mayoría de las personas hasta hace unas pocas décadas. No había escuelas, no había oportunidades de estudiar, no había el estímulo social que existe hoy para dejar oficios, dejar de coger café, por ejemplo, y acudir a la escuela. Había otras prioridades.
Las personas que no han aprendido a escribir, que no conocen letras y números, prestan mucha atención a todo lo que se dice, se cuenta, se narra, se canta. Dan mucha importancia a la palabra, a las palabras. Y van grabando en su mente muchas historias y tradiciones que han recibido de padres, abuelos y gente mayor. Al mismo tiempo muchos recuerdan con facilidad todo lo que les ha ido sucediendo a lo largo del tiempo.
La cultura en nuestro medio montubio se ha enseñado y se ha transmitido a través de la palabra. No en las escuelas. No en los medios de comunicación.
La cultura montubia ha basado el honor en la palabra: dar la palabra quiere indicar que lo que se dice se cumple. En San Isidro, como en muchos rincones de Manabí, ha sido la palabra la que ha sellado matrimonios, contratos, compraventas. La palabra ha sido ley, entre otras cosas porque el gobierno central no se hacía presente o importaba poco su presencia en nuestras montañas.