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Reseña

Este segundo libro de la Colección Ciudades de Paz, titulado “Estudio de mediación, conflictos y paz: historia y presente en un mundo convulso”, que impulsa la Unidad Académica de Criminología y Ciencias Forenses, de la Universidad Católica de Cuenca, es de aquellos que engloban las investigaciones sobre sociedades en búsqueda de la paz. Es parte de una colección que contiene propuestas y reflexiones sobre cómo hacer posible una vida más armónica, un llevarnos más amigablemente no solo entre seres humanos, sino también con todos los demás seres vivos que forman parte de lo que llamamos naturaleza.
En el mundo griego los conflictos públicos y privados se solucionaban en mancomunidad, en diálogos en el ágora. Esto da muestra que previo a cualquier resolución por parte de un tercero, todos los inconvenientes se resolvían a través del diálogo. Es por ello que los filósofos griegos, de manera reiterada, enseñaban retórica y lógica para que las personas puedan expresarse de manera adecuada y con argumentos.
Todo partía de premisas como las señaladas por Aristóteles y llegaban a conclusiones partiendo de razonamientos inductivos o deductivos, pero que tenían un objetivo más allá de la razón, que era encontrar la verdad a través del diálogo social, evitando así el conflicto y que la solución llegue mediante la mano de la imposición del que gobierna, dejando siempre a una de las partes inconforme con la resolución que ese tercero ha dictado.
El poder como fuerza, la dominación apoyada por la denominada “justicia de un tercero imparcial”, trasladaron el mundo del diálogo hacia el mundo la coerción y convirtieron a este en la fuente principal de la solución de los conflictos. Iniciaron los grandes procesos, los engorrosos procedimientos, los formalismos y ritualismos que se adueñaron de las relaciones intersubjetivas que conllevaban a alguna suerte de conflicto; todo eso se trasladó a lo que se denomina la “justicia judicial”, olvidándonos de los diálogos y de los acuerdos.
Hoy, la denominada “carga judicial” ha hecho que retornemos los ojos hacia la racionalidad, es decir hacia el diálogo, a los acuerdos para solucionar los conflictos; al denominado o mal denominado “solución alternativa de conflictos”, haciendo aparentar que, lo ordinario es la judicialización y lo extraordinario o alternativo es la solución pacífica de los conflictos a través de los acuerdos de mediación. Lo ordinario es el diálogo y lo alternativo debería ser la judicialización; en consecuencia, debemos emprender una gran lucha para posesionar el diálogo por la paz y la armonía en este mundo tan convulso y conflictivo para construir caminos de paz.
En este sentido se hace imperiosa una profunda desjudicialización para lograr, a través del diálogo, los acuerdos, el “ganar-ganar”, la tan decantada reparación integral en los conflictos y asumir las responsabilidades de las acciones u omisiones que en las relaciones sociales uno pueda tener.
Así, la criminología, partiendo del humanismo, va más allá de la simple búsqueda de las motivaciones delictivas, la criminología es prevención para la construcción de sociedades armónicas y de paz. La criminología como ciencia busca datos, propone a través de ellos políticas que nos permitan un convivir eliminando el mayor número de incidencias del conflicto, encontrando planteamientos de solución desde los desacuerdos familiares hasta aquellos que se producen en la sociedad. Involucrándose en patrones culturales que se han normalizado y que no hacen otra cosa sino provocar desacuerdos. De ahí la importancia de la criminología en la construcción de ciudades de paz.
Así, este segundo libro de la Colección tiene como objetivo buscar a través de la medicación y el diálogo, la eliminación del conflicto para encontrar los caminos de paz más adecuados. Esperamos que nuestros lectores vean materializado dicho objetivo a través de estas páginas.

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