La muerte de un farsante
En La muerte de un farsante, asistimos a un destello poético que trastoca la realidad. Aquí se trabaja con una identidad fragmentada, atravesada por tres estados: la vida, la muerte y el dolor. El primero, como un regalo otorgado al hombre; el segundo, como su única certeza, y el tercero, expuesto como un lugar para refugiarse cuando el amor no aparece. La esencia de esta voz está en la derrota de haber perdido algo: ¿acaso la belleza del silencio?