Tras el ruego, el abismo
Tras el ruego, el abismo busca un lector que no tema mirarse al espejo y descubrir —en la pupila reflejada— los ruegos, anhelos, miedos y deseos que (con desesperación) nos decimos a nosotros mismos cuando no hay nadie alrededor. Sus versos son una mirada a un pasado más oscuro, más desordenado y despojado de horizonte alguno: una interpelación a uno mismo en un universo distinto, a una voz que se busca en medio del caos. Al final, una ofrenda para quien busca hallarse en el vértigo de su propia memoria.
Lenin Paladines Paredes