Cuenca. una cajita de agua y nubes
Al escribir estos relatos he vuelto a los días de mi infancia, con pies ligeros he entrado en ciudades, casas, escuelas y he recorrido callejuelas de tierra con olor a lluvia y me queda un aire fresco de inocencia, de sueños, de ternura, de cuentos hilvanados cada noche a la orilla de mi almohada, siento las manos de mis padres que acariciaban mi cabello y me animaban a vivir sin prejuicios y miedos.