La generosidad nos lleva a la prosperidad
Los hijos de Dios nunca tendremos las manos vacías.
Cuando hacemos algo bueno en favor de los demás, experimentamos una gran satisfacción porque nos sentimos útiles; y ese sentimiento de satisfaccion nos llena de buen humor; y ese buen humor se convierte en una medicina efectiva para sanar las enfermedades corporales.
Mientras más solidarios seamos, mucho más recibiremos del Señor. "Hay más alegría en dar que en recibir" (Hechos 20, 35).
"«En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a Mí». Y estos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la Vida eterna" (Mateo 25, 31-46).