Lilo Linke y el reportaje social en la Sierra Norte (I)
Aparte de los numerosos fracasos de la emigración alemana de la preguerra, de las innumerables y dolorosas historias individuales del exilio político desde 1933 - sin mencionar todos los dolores del extrañamiento - ¿existen ejemplos de vidas cobijadas por el éxito y por un arraigo definitivo en el país anfitrión? El caso de la periodista y escritora alemana Lilo Linke parece ser una de esas biografías ejemplares, no por ello más conocida que otras1.
Para sobrevivir en el exilio Lilo Linke no sólo tuvo su talento de escritora sino también varias condiciones favorables: juicio maduro y seguro, curiosidad intelectual agudizada por una conciencia social, don de la observación, conciencia de sí misma, imparcialidad en el trato con las personas, afabilidad natural, capacidad de sacar provecho de su relación con amistades influyentes, espontaneidad, optimismo, energía, valor. Añádase a ello el haber logrado dejar atrás lo vivido y abandonar definitivamente las relaciones con su familia y con Alemania, en fin, la capacidad de romper los lazos que la ataban con el pasado. Lilo Linke nunca se permitió para sí misma la compasión.