El Atlas de nuestro pulso que la época no borra
Historia y lecciones de amor y vida entre un padre y su hija
No todos los atlas son de papel, cartón o madera, y no todos presentan coordenadas geográficas. Algunos están dibujados en el interior, en el alma, en el corazón, en el torrente sanguíneo, donde se traza la trayectoria de una vida y se entrelazan las experiencias y los afectos más fuertes.
Este libro es el atlas de nuestro latido, una cartografía imaginaria y emocional a través del tiempo. En cada una de sus travesías reside el eco de un recuerdo que resuena con una crónica implacable, imposible de borrar: las memorias de mi hija, Rebeca Alejandra, que están impregnadas en mi corazón y mi alma.
Estimado lector, esta no es una biografía en sentido estricto. Es una colección de los momentos más importantes que se construyeron en el tiempo, el cual pasa rápido y veloz. Aquí encontrará las lecciones de vida que aprendí junto a mi hija, la sabiduría que he cosechado de sus propias vivencias y el conocimiento, la verdad, la esperanza y la bondad que conforman mi amor incondicional como padre.
Cuando comparto estas vivencias, no ofrezco ninguna guía, ni mucho menos un manual de procedimientos. Este libro nace del corazón como un testimonio honesto y sincero de cómo una relación entre padre e hija es tan fuerte que moldea a las personas que la viven.
Amigo lector, en estas líneas encontrará no solo anécdotas de nuestra historia, sino también el espejo de sus propias experiencias, las que el tiempo le ha permitido conocer y disfrutar con el ser más querido de la tierra: una hija. Espero que, tal como yo encontré en el recuerdo un atlas para mi corazón, usted pueda hallar en estas pequeñas historias un eco que le hable en lo más profundo de su alma.
El sendero de ser padre es exclusivo e intransferible. Cada padre y cada hija trazan su propia ruta, pero los sentimientos que los unen son universales.
Este libro es mi forma de honrar esa ruta, esa vía, ese sendero, de evitar que la huella de Rebeca Alejandra se borre de la memoria, de dejar constancia de que existe la hermosura de un vínculo inquebrantable que, más allá de la distancia y del paso del tiempo, se mantiene intacto. Porque el amor de un padre y su hija es eterno.
Los invito a que me acompañen en este recorrido por los folios de este libro, donde narro los hitos más destacados, donde cada pulso del corazón es un recuerdo y cada recuerdo, una lección de amor y vida entre un padre y su hija.