Cuentos mal contados
Hay cuentos que se cuentan mal porque nadie quiere que se entiendan del todo. Porque si se entendieran, algo se rompería: la costumbre, el silencio, la fe.
Estos relatos no buscan consuelo ni moraleja. Son ecos de voces que no se callaron, aunque debieron. Advertencias disfrazadas de historias cercanas y extrañas.
Si al cerrar este libro algo te incomoda, si sientes que alguien te observa, si recuerdas una historia que nunca viviste… entonces tan mal contados no están.
Porque en este libro, como en la vida, lo que importa no es cómo se cuenta, sino lo que se calla entre líneas.