EcuadorEcuador
Detalle
ISBN 978-9942-787-37-8

La Investigación Científica y los grandes descubridores

Autores:
Lalama Aguirre, José María
Montes Cruz, Silvia
López Fraga, Patricia Geraldina
Editorial:Mawil
Materia:Investigación
Público objetivo:Enseñanza universitaria o superior
Publicado:2019-02-01
Número de edición:1
Número de páginas:183
Tamaño:14x21cm.
Precio:$5
Encuadernación:Libro en otro formato
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Este libro tiene dos motivaciones. La primera es la necesidad y el gusto de relatar, con asombro y admiración, algunos aspectos de la vida y obra de los grandes de la ciencia, inspirados por la labor de los grandes divulgadores de la ciencia, esos personajes de la escritura situados entre la literatura de ficción y disfrute, y las áridas exposiciones de los textos especializados, entre los que contamos desde, no sólo cultores de la ciencia ficción, como el famoso Isaac Asimov (quien, de paso, es un químico profesional), hasta notables científicos como Freeman Dyson, el mismísimo Albert Einstein y el destacado Werner Heissenberg, gran innovador en el campo de la física cuántica. Saber que esa literatura de divulgación científica también estuvo en las infancias y adolescencias de varios gigantes del pensamiento, nos da la razón de lo acertado del objetivo. El segundo motivo de este texto es de carácter didáctico. El tercero, epistemológico.
En el sistema educativo, en las universidades con mayor claridad, se nota la impronta de una desviación del positivismo, cuyos síntomas son, entre otras, la existencia misma de las cátedras de metodología, con la impartición de clases acerca de un conjunto de reglas y procedimientos estandarizados, abstraídos de una investigación específica. Esto pudiera ser beneficioso hasta cierto punto para el estudiante. Lo cierto es que esta manera de “enseñar ciencia” la presenta como una repetitiva y aburrida actividad en la cual no hay cabida para la imaginación y la aventura, ni siquiera la del pensamiento.
Por supuesto que se deben enseñar los protocolos de las diferentes heurísticas o “artes de descubrir” de las disciplinas concretas. El asunto es que esta no es la única manera de transmitir un saber acerca de cómo saber. Acercarse a la ciencia no debiera parecerse a acercarse a las lúgubres puertas de una cárcel, mucho menos a las calientes fauces de una fábrica; sino la entrada a un mundo maravilloso, incluso a un divertido parque de diversiones. Exageramos. Bueno: al menos es conveniente que los muchachos y muchachos sepan que van a pasarla bien.
En este punto, el presente texto propone variar un poco el ángulo, y explorar desde una visión alternativa de la ciencia, que ya no hace énfasis en las reglas, normas y procedimientos estandarizados, sino más bien en los procesos concretos, las derivas, desorientaciones, problemas concretos, salidas ingeniosas, en fin, la ciencia vivida por los propios científicos, en especial aquellos que tuvieron un “momento inaugural” en el cual los deslumbra, asombra y a veces hasta los “posee” un gran descubrimiento que impactará a la Humanidad. Pero además, nos proponemos hacerlo con un ánimo diferente. Queremos hablar de ciencia con amenidad. El fastidio o, peor, el aburrimiento, no debieran estar entre los sentimientos que provoca conocer los descubrimientos científicos.
Los protocolos reglamentados de la ciencia, eso de lo que se pasa revista en los manuales y cátedras de metodología, se nos revelan entonces sólo como un producto residual de una actividad apasionante, en cuyos inicios y desarrollo no siempre contaba con esa arrogante seguridad con que ahora, una vez alcanzadas ciertas certezas, se nos presenta. Por otra parte, echamos luz sobre los científicos, seres de carne y hueso, con sus propias debilidades, vicios y virtudes, que no pocas veces se equivocaban, pero seguidamente, demostrando una honestidad ejemplar y muchas veces una fortaleza admirable y hasta heroica, retomaban el trabajo corrigiendo y ensayando nuevos caminos para conquistar esa nueva verdad que cambiaría la visión del mundo de sus contemporáneos y las siguientes generaciones.
Igualmente, el cuerpo mismo de los conocimientos científicos se nos ofrece, desde esta nueva visión, como el fruto de muchas circunstancias, peripecias, esfuerzos inauditos, peleas inclusive, así como incertidumbres, desvelos o hasta sueños y casualidades.
Es interesante constatar que ver la ciencia desde su historia y los episodios de su desarrollo, corresponden a un nuevo tipo de reflexión de la ciencia, de la epistemología, que, no es que deseche toda la labor de destacados filósofos centrados en los aspectos lógicos y simbólico-linguísticos del discurso científico, sino que se pregunta acerca de sus cambios, de los factores que han llevado a la institución del saber a cuestionarse en un momento dado lo asumido como definitivamente cierto. Porque si alguna cosa distingue a la ciencia, especialmente con aquel saber frente a l cual montó tienda aparte con una distinción tajante, es su rechazo a los dogmas, a las creencias basadas especialmente en la fe, la tradición y las autoridades.
Así, este texto simpatiza más con la visión de las epistemologías históricas y descriptivas, que con las de tipo lógico-linguísticas, y en definitiva, normativas.
El objetivo del texto es dar a conocer los trabajos y hazañas de algunos de los científicos que más han impactado la visión del mundo de todos nosotros. Más allá de los aspectos biográficos, de la especulación psicológica, nos interesa mostrar el aspecto de aventura de pensamiento que la ciencia es, con la intención de atraer nuevos cultores de esa gran tarea que es comprender, hasta donde nos permita nuestra humana condición, el universo entero.

Contáctenos:

Eloy Alfaro N29-61 e Inglaterra, 9° Piso. / Tel. +593 2 2553311 / +593 2 2553314