Claves actuales para organizaciones empresariales exitosas
Si algo es consenso para la mayor parte de los analistas es el incremento de la incertidumbre en estas primeras décadas del siglo XXI. Las promesas de progreso indetenible a partir del implacable desarrollo de nuevas tecnologías se han venido disolviendo ante la cruda realidad de la finitud de los recursos que nos provee la naturaleza.
La apreciación general es de aumento de peligros e instabilidades no visibles, a pesar de que las cifras apuntan a indicar que el crecimiento económico internacional, aun cuando se ha sostenido en el tiempo parece haber llegado a cierto límite.
Las decisiones de carácter geopolítico vienen afectando el normal desarrollo de muchas de las economías dadas las tensiones que terminan siendo inocultables. Este es un contexto de pugnas comerciales y amenazas de volatilidad financiera.
Por otro lado no existe un balance ideal en cuanto a la distribución del crecimiento económico. Mientras que países industrializados del norte muestran su balanza positiva gran parte de África, Asia y América latina muestran endeble crecimiento. Lo mismo ocurre a los interno de los países con la distribución de los ingresos, una muy alta concentración en muy pocas manos y las grandes mayorías con escasos o nulos ingresos.
No obstante, los grandes agentes económicos, gubernamentales y no gubernamentales, se han comprometido con una importante serie de objetivos en la búsqueda del logro, en un horizonte de poco más de diez años, del Desarrollo Sostenible. Es así como en setiembre de 2015 los estados miembros de la Organización de Naciones Unidas se comprometieron en alcanzar mediante la Agenda 2030 17 objetivos.
Los compromisos multilaterales abarcan la reducción de la pobreza, el hambre, las enfermedades, la desigualdad de género y el acceso al agua y saneamiento. Tales compromisos deben ser asumidos por la totalidad de la población pues los beneficios de su alcance son igual para todos.
En este caso las empresas deben asumir tales obligaciones como propios dado su papel dinamizador de las economías. Es decir, el éxito empresarial dado el logro de los propios objetivos productivos y financieros, debe traducirse a su vez en esfuerzo por el logro de los objetivos de toda la sociedad, que seguramente se traducirían en importantes cambios y transformaciones para beneficio de todos.
La investigación realizada para la elaboración del presente texto identifica claramente como la conquista del éxito empresarial está íntimamente ligado a trascender un conjunto de valores ya tradicionales del mundo empresarial, en función de otorgar el sitial de honor al ser humano. Es decir, superar la creencia de que solo a través de la avaricia y del pragmático impulso a la acumulación egoísta empujaba a la creación de riqueza.
Los modelos organizacionales, los patrones de comportamiento deseables en empresas exitosas nos hablan de incentivar la cooperación, valorando sobre manera las sinergias que se producen cuando se hacen esfuerzos comunes, sumando los recursos individuales a la acción colectiva. Eso se parece mucho al Objetivo de Desarrollo Sostenible n° 17 que nos habla de hacer alianzas para lograr los objetivos, lo que es condición indispensable para el logro de los restantes 16.
Contribuir al logro de la paz, la justicia e instituciones sólidas, es propiciar un contexto favorable para los negocios, un renacer de la confianza indispensable para sortear la incertidumbre y las pugnas comerciales que caracterizan la situación internacional actual.
Toda la contribución posible para contrarrestar el deterioro del ambiente natural redunda en mejoras en la calidad de vida de quienes hacen vida en las empresas y sus entornos inmediatos.
La lucha contra flagelos sociales como el hambre, la pobreza, la discriminación, la excesiva desigualdad o la sobre explotación, perfectamente caben en los compromisos de responsabilidad social que de manera creciente viene asumiendo el sector empresarial, pero a su vez nos habla de enfilar dicha lucha también a lo interno de las organizaciones empresariales, asumiendo el tema de la diversidad de manera explícita con un compromiso con principios como los propugnados por (Peters & Waterman, 2017) y por (Ouchi, 1985) como la orientación a la acción, o la productividad a través de la gente o interés holístico por los individuos, la orientación a valores, o la responsabilidad colectiva, que implican relaciones sociales que implican confianza, intimidad, sutileza y honor, lo que redundaría en contribuciones efectivas a logro de los objetivos 3, 4, 5 8 10 y 12.
En fin, la construcción de organizaciones empresariales exitosas en el siglo XXI se inscribe en el esfuerzo de la sociedad por el logro del Desarrollo Sostenible comenzando por el ámbito micro de las propias organizaciones, pasando por el ámbito meso de la contribución efectiva por el mejoramiento de los contextos sociales en los que se enclavan y hacen vida dichas empresas, hasta llegar a los impactos a nivel macro con las sinergias desarrolladas en alianza con otros sectores sociales.
El presente texto invita a revisar lo que ha sido la historia de los enfoques organizacionales para luego valorar lo que se está explorando e innovando en la actualidad desde el mundo académico para contribuir al desarrollo de empresas exitosas, especialmente en temas trascendentes como lo son la motivación, el liderazgo, el trabajo en equipo y las comunicaciones en el ámbito organizacional.