Enfermería comunitaria y modelo integral de salud en Ecuador
Bastará una rápida ojeada curiosa al internet para detectar que el material dedicado a la enfermería que se consigue en la red global pareciera no ser muy amplio.
Si se insiste un poco en una revisión rápida en idioma español se llegará a la conclusión de que la mayoría de los materiales son relativos a la enfermería en general y lo que se encuentran son antes que nada manuales de procedimientos clínicos de enfermería hospitalaria.
Afinando la mirada ahora tal vez de manera más inquisidora se podrá deducir otra constante en los materiales ubicados así de manera rápida, casi “aleatoria”: la mayoría son editados en España para el contexto español o a lo sumo europeo.
Una última ojeada al buscador nos revelará otro asunto: las otras opciones que aparecen son las ofertas formativas en enfermería en donde si revisamos la enfermería comunitaria aparece como materia (muchas veces optativa) o en el mejor de los casos como un seminario de los últimos ciclos de formación de la carrera o en el peor de los casos, apenas como un “tema” dentro del estudio general de la enfermería en tanto disciplina sanitaria.
De manera que este trabajo editorial, por modesto y pequeño que parezca a primera vista, es sin duda un aporte al crecimiento de un área que es medular para el desarrollo de la salud en el mundo como es la enfermería comunitaria.
Pero que no se limita simplemente a una enumeración de elementos técnicos a ser reproducidos por las practicantes de dicha disciplina en un ejercicio profesional mecánico, sino que justo ahora frente a las diversas problemáticas del mundo, se atreve a ampliar el horizonte de análisis.
Sale de los límites de la enfermería comunitaria e incluso tal vez sale de los límites de la enfermería y por qué no, hasta sale de los límites de las profesiones sanitarias para presentar una verdadera investigación de sociología de salud aplicada a un caso particular como es el de Ecuador.
Justo ahora en un mundo donde la salud está en estado de asedio, porque en realidad la humanidad está en estado de asedio. Basta encender el televisor o la computadora para ver las predicciones catastróficas que nos rodean: en un período no especificado entre 2030 y 2050 la mayoría de los glaciares que surten de agua potable a los continentes habrá desaparecido por efectos del aumento promedio de la temperatura.
Hágase a la idea de pensar qué pasará con los casi 3000 millones de personas que viven en la India si el Ganges se seca, qué salud puede tener una población tan grande sin uno de los elementos primordiales para la vida esté presente.
Observe la cantidad de personas de África, el Medio Oriente y otras regiones del mundo que arriesgan sus vidas cruzando el Mediterráneo para tratar de llegar a Europa, entre otras cosas buscando un mejor estado de salud para sí mismo y su familia. Trate de imaginar las penurias que ha de pasar para llegar además de las penurias que debe afrontar viviendo en un país extraño en condición de ilegal, piense en el terrible hecho de que muy probablemente uno de los familiares o amigos que le acompañaban en la travesía murió en el camino.
Pero ahora piense en qué va a hacer toda la población europea cuando se quede sin fuentes de agua, veremos a los barcos llenos de desplazados cruzar el mediterráneo en sentido contrario, dónde llegarán si precisamente de esos lugares viene tanta gente sin esperanzas.
Contemple la isla submarina hecha de residuos plásticos que cubre buena parte del lecho del océano pacífico y que casi dobla la extensión total de Australia y vea como mueren millones de peces que dejan de convertirse en toneladas de alimento para seres humanos y que igual si sobreviven estarían sometidos a la contaminación residual de la catástrofe de la central de fukujima que hasta ahora no ha terminado de ser evaluada.
Justo ahora cuando las amenazas a la salud se ciernen sobre todos nosotros y pasan a ser amenazas de muerte global, es decir, amenazas de extinción aparece un libro sobre salud y sus implicaciones sociales dedicado especialmente al ejercicio de la enfermería comunitaria.
Los escépticos mirarían esto como un esfuerzo vano y baladí, un capricho intelectual que poco aportará a la salud y menos a la sobrevivencia de la especie en el planeta, o más allá a la sobrevivencia del planeta.
Pero nunca como antes este libro viene a llenar un vacío, primero porque hace años que el tema de la enfermería comunitaria no era el foco de atención protagónico de un trabajo editorial y segundo porque dado que la ciencia y el cientificismo tan entregado a investigaciones que van a fortalecer las dinámicas globales que generan las amenazas que hoy vivimos poco tiene que ofrecernos.
La verdad es que esta crisis humanitaria que atravesamos hoy por hoy es casi certeramente subsanable sólo desde el terreno directo de lo humano, y que pertinente se antoja en este momento en que está comprometida hasta la salud del planeta, un libro sobre salud y cuidados comunitarios de enfermería.
Rescatar la idea del cuidado, el autocuidado, revisarla críticamente, analizar lo que tiene por ofrecernos, escrutar qué hay de nuevo y que tendría que ser innovado, hasta qué punto verdaderamente es una opción para restituir no sólo el derecho a la salud tan pisoteado por las desigualdades sociales, las guerras, el terrorismo, el capitalismo financiero global, las crisis ecológicas y la indiferencia de tantos seres humanos entregados a los patrones hedonistas de la sociedad de consumo que tan poco saludables son, por cierto.
Sino una opción para restituir como lo plantea el Sumak Kawsay y otros tantos sistemas de pensamiento y cosmovisión ancestrales el “tejido de la vida”, sanar nuestros cuerpos y nuestras mentes como parte de un proceso que conlleve a sanarnos como humanidad a construir definitivamente un mundo igualitaria con sociedades pacíficas que actúe para apoyarse mutuamente y no para destruirse.
Sonará ambicioso y rimbombante decir o pretender encontrar en las líneas que siguen semejantes referentes para la esperanza de la humanidad, pero ya en oportunidades anteriores la dedicación comunitaria de salud ha revertido los efectos de los “determinantes de salud” y ha dado esperanzas a los colectivos humanos.
Este libro no resuelve los dilemas que tan pesimistamente se han presentado unas líneas antes pero sin duda ofrece una puerta de entrada a reflexionar la salud en horizontes más amplios que contribuya a la salud para todos que seguimos aspirando.