Mi lojana vida
fin de semana de 2010
Mi lojana vida, desde el inicio el autor desnuda su manera de pensar y sentir, eso sí, de pensar y sentir “lojanamente”, privilegio tan solo de algunos contados. La narrativa describe que, un fin de semana de 2010, redacta la vida de un lojano cualquiera, pero ¿y si la vida tuviese tan solo la extensión de dos días? Me pregunto yo, ¿haríamos lo mismo? ¿viviríamos de la misma manera? ¿haríamos las mismas cuestiones? Daniel nos diría «siempre y cuando sea con intensidad de poner los cinco sentidos a disposición de la realidad y el sexto también para la construcción de lo no real».
En dos días no solo desnuda su cosmovisión, sino que desnuda la nuestra. Clasifica a los conductores de una manera real pero risible, nos describe como humanos, saca a la luz nuestro chauvinismo, empalma nuestras tradiciones, desde comerse una papa del Soda, una arveja con guineo, hasta sonreír a la vecina chismosa que más sabe de uno, que uno mismo, parafraseando su narración. Pasa por supuesto por los amigos de la infancia, los de toda la vida, pasa por nuestros valles y nuestros parajes, pasa por la guitarra y nuestra algarabía, pasa efectivamente por el romance y por el amor, pasa por todos y pasa a nuestro alrededor.