Vivencias de un médico, antes y durante el COVID-19
El autor de este relato es un joven profesional de la medicina: carismático, expresivo y extrovertido, quien al verse de pronto aislado en su hogar, debido a la presencia de una pandemia, y en medio de su encierro, empieza a recordar una serie de hechos y vivencias que le vienen a la memoria desde sus años de infancia. Evoca por qué se inclinó al estudio de la medicina y nos relata sus pasos por las aulas universitarias. En la academia desarrolló, como todo estudiante, actividades teóricas y prácticas, e inclusive políticas, que lo llevaron a desempeñar algunas dignidades que se conjugaron con sus estudios. Con emoción y responsabilidad describe, paso a paso, los ciclos de internado, como una etapa fundamental de la futura carrera, hasta llegar a culminarla. Continúa con la medicatura rural donde le surgen sentimientos de impotencia, dada la gran responsabilidad de estar al cuidado de pacientes o enfermos a quienes trata de calmar sus dolencias, a veces sin el equipo necesario. Tuvo la oportunidad de colaborar en un organismo de emergencia al llamado del usuario por medio de ambulancia; aquí se describe un momento especial al trasladar a un niño muy grave. Luego viene otra etapa que se torna más compleja al pasar a ser médico residente de un hospital. En este sitio palpa el sufrimiento humano, enfrentando cuadros o patologías desgarradoras, pero siempre atendiendo y atenuando las dolencias de sus pacientes. Aunque en ocasiones se presentan situaciones irreversibles, correspondiéndole asistirlos en el último suspiro.
La aspiración de todo galeno general es la realización de su especialidad, que ya la venía planificando con anterioridad, la cual llega a hacerla efectiva, con gran esfuerzo y determinación. Para ello debió cumplir con estudios y rotaciones por diferentes hospitales que sirven de base en esta continua formación, hasta convertirse en cirujano plástico estético y reconstructivo. Pensó que ahí terminaría su preparación, cuán equivocado estaba, ya que todo procedimiento a realizarse demanda de un continuo estudio e investigación, dado que el avance tecnológico en esta fase de especialidad requiere de más perfección y técnica, al momento de resolver problemas complejos.
Al concluir los ciclos de especialidad debía devengar la beca en una institución hospitalaria. Para entonces ya se comentaba que en un país oriental había un agente contaminante que amenazaba con convertirse en un flagelo para la humanidad, siendo varios médicos los primeros en dar la alarma en un foro organizado por la UEES. Es en esta fase cuando, sin aviso alguno, llega a nuestra casa de salud el coronavirus; nos tomó por sorpresa. El autor también presenta ciertos síntomas que afectan su salud y le postran en su domicilio. Detalla de una manera amena y precisa cómo va afectando a grupos humanos desprotegidos; dentro del personal de salud se presentan víctimas, que se encontraban en primera línea enfrentando a este invasor ultramicroscópico, que va cobrando las vidas de cientos de ciudadanos, todas valiosas. Sin embargo, frente a esta desgracia, también hay momentos de alegría y de fe al ver cómo varios seres humanos van venciendo esta terrible enfermedad, inclusive llega una grata demostración de afecto al reconocer el esfuerzo por enfrentar este mal, otorgándoseles inmerecidamente el título de héroes.
Desde su punto de vista describe, de manera interesante, la presencia de este parásito como algo que estaba por llegar, dada la persistencia del hombre por aflorar ciertos antivalores y por depredar su ecosistema, el cual reacciona modificando ciertas estructuras moleculares para incidir en los individuos de este hábitat, clamando por un comportamiento más racional.
Dr. César E. Vargas Baños
Traumatólogo Ortopedista