Reseña

El lenguaje hablado y escrito es el principal instrumento de un estudiante de todas las especializaciones; una persona culta debe preciarse de emplear correctamente el idioma. Para un profesional es indispensable este conocimiento, porque le permite interpretar y comprender la verdadera semántica y morfología de las palabras. Para un profesional en el campo del Derecho, por ejemplo, el entendimiento de la estructura lingüística le ayudará a encauzar el grado de un ilícito en su defensa o acusación; la precisión idiomática será su arma esencial y contundente; el manejo concreto del idioma le permitirá una expresión directa del pensamiento, con claridad y lógica jurídica. El jurista, en esencia, debe ser un ente lingüístico que se exprese con propiedad y elegancia; ser el adalid del correcto empleo de la lengua, conocerla, preservarla y enriquecerla.