40 años de democracia: una tarea inconclusa
Hablar de democracia implica reconocer en ésta a un sistema complejo de organización social que incluye instituciones, procedimientos, principios y prácticas; pero además un escenario vivo de relaciones humanas que se entrecruzan poniendo en evidencia estructuras de dominación y de poder, así como esfuerzos puntuales o sostenidos de cambio de esas estructuras por parte de algunos actores y sectores. Hablar de democracia implica también reconocer la presencia viva de sujetos en diferentes niveles, con diferentes apuestas, con ideologías en unos casos definidas y en otros casos camufladas e incluso en estado salvaje. Y también hablar de democracia evidencia una pugna o conflicto de intereses concretos: personales, de grupo o también de aquellos que trabajan por el bien común.