Hotro
¿De dónde vinimos? ¿Adónde vamos?
¿Nacimos espontáneamente, de la ciega y caprichosa combinación de ciertas sustancias misteriosas, errantes en la infinitud?
¿O somos creación de algún Ser Supremo, cuya naturaleza no llegamos siquiera a vislumbrar, aun en nuestra más osada lucubración?
De ser así, ¿cómo es, en realidad, esta Ignota Entidad Creadora?
¿Omnipotente, omnisciente, perfecta, libre de toda mácula de falibilidad (como lo querría nuestra soberbia)? ¿O, por el contrario, pertenecería a un estrato apenas superior al nuestro, y por ende estaría sujeta a la duda, a la vacilación y aun al error?
Si, por esa causa, nuestra actual existencia se hubiese convertido en una inmensa tragedia cósmica, cuya responsabilidad no hubiese sido asumida por la Entidad Creadora, ¿surgiría, de algún ignoto vericueto de su propia esencia, la voluntad de reparar su yerro por intermedio de una fuerza redentora, encarnada en un ser a la vez distinto y similar a Sí misma?
Una posible respuesta a cada una de estas interrogantes, que han intrigado a la huma-nidad desde que adquiriera conciencia de sí misma, intenta proveerse en el presente texto, referido tal vez al futuro de nuestra especie… o quizás al de la que habita un mundo paralelo, en el que nos asombrará hallar notables semejanzas con el que com¬partimos en este desquiciado principio de milenio.
Hotro es un desconocido, llegado, no se sabe de dónde, a un mundo extraviado.
Y porta un mensaje que podría encarrilarlo…, siempre que se le permitiese darlo.