Los cuadernos del desamparo
¿Ignorar la urbe que todo y a todos ignora? ¿Construir desde el grito más apabullante, y que no se escucha, un refugio seguro ante la mirada del otro? esta es la premisa en Los cuadernos del desamparo, un poemario integrado por tres momentos: Ceniza sobre los árboles, Desértica y Doctrina del principio. Una radiografía de la nada, es decir, del mirarse a sí mismo, para identificar los puntos críticos y rotos. Una reconstrucción desde el vacío, que es la memoria y sus abismos desfigurados por el tiempo.
Por eso la voz poética, atosigada de reconocerse en el completo desahucio afirma que “Me abandoné a la soledad de batallas subjetivas” y también reconoce que “La arquitectura de la Nada se expande en mi mente”. Así, esta voz, refugiada en una reminiscencia feroz lidia contra el espacio habitable: la urbe, salvaje y moderna, que todo ignora; el escenario deleznable para que un cuerpo y el revoltijo de su discurso íntimo, se pierda entre callejones.