Casa sideral
Félix Guerra da el mismo uso a la eternidad que a la cuchara en las tareas cotidianas. Podemos verlo en este cuaderno de poemas. Es que Félix, también aquí, desborda el vaso y el abrazo y hasta el agua incluso si es que sola queda. Se puede leer detenidamente el conjunto, y así ha de operarse, para obtener una sintonía agraciada, pero la rapidez de lectura que imprime el poeta a sus coruscantes líneas nos arrastra a través de una torrentera de hallazgos; su trama imaginal es la sobreabundancia.