Reseña

El abordaje de toda disciplina relacionada con la salud en este caso las enfermedades digestivas ha de referirse, necesariamente, a un marco conceptual de lo que se entiende por salud.

A partir del concepto adoptado en 1946 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad...” se sucedieron hitos claves de alta influencia sobre la salud pública mundial, tales como la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud en 1978; la Carta de Otawa para la Promoción de la Salud en 1986, la Declaración del Milenio en 2000 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, adoptados en el seno de las Naciones Unidas.

Con el paso del tiempo el mundo ha proclamado la importancia de la salud como un derecho universal, así como la intervención sobre determinantes sociales y económicos de la salud (tales como alimentación, saneamiento, educación, empleo, vivienda, entre otros) y la lucha para enfrentar las desigualdades imperantes entre países y a su interior. Nuevas transiciones demográficas, epidemiológicas, nutricionales, tecnológicas, etc. colocan nuevos retos para la salud pública mundial, en indetenible y vertiginosa dinámica. Continúa in- variable, no obstante, la necesidad de concretar en la práctica preceptos y postulados sobre el derecho universal a la salud, reducidos a mera teoría para millones de personas en muchas latitudes del mundo.

En Ecuador el avance general de condiciones de vida de la población, han propiciado logros en materia de salud. Mejores, pero no suficientes coberturas de servicios básicos y de servicios de salud, educación y saneamiento, entre

19 otros, han contribuido al incremento en la esperanza de vida, a un descenso de la mortalidad infantil y, en menor grado, materna. Se mantienen, sin embargo, déficits con relación a países de similar desarrollo, persistiendo aún círculos viciosos pobreza-enfermedad-pobreza, causa y consecuencia de desigualdad de oportunidades para el desarrollo de las personas y para la determinación social de la enfermedad. Variables como ubicación geográfica, etnia, nivel de analfabetismo, por ejemplo, han demostrado ser determinantes de la mortalidad materna, neonatal, infantil y de la niñez, evidenciándose la persistencia de brechas entre grupos poblacionales, ...