Efectos socioeconómicos y financieros de la crisis sanitaria en los trabajadores ecuatorianos
Las crisis pandémicas han provocado afectaciones sociales, económicas y financieras a nivel mundial. Un ejemplo fue la gripe española, que fue una de las crisis sanitarias que por su efecto de contagio obligó a paralizar actividades económicas sobre todo del sector industrial, lo cual generó un aumento del desempleo. Además, la caída de la producción produjo escasez en ciertos bienes, provocando que sus precios aumenten en medio de períodos de guerra. Por otro lado, la crisis sanitaria originada por la enfermedad bola, tuvo repercusiones económicas similares a la gripe española, pero también afectó al sector bursátil, en vista de que se generó una mayor incertidumbre ante las variaciones de precios de los principales índices bursátiles y de los instrumentos financieros emitidos por el sector
farmacéutico. La mayoría de los países afectados por ambas crisis sanitarias optaron por financiar sus déficits a través de deuda, lo que con llevó a que ciertos países presenten un sobrendeudamiento. Esto acompañado con el incremento de la pobreza, originó que incremente la brecha de desigualdad, como fue el caso de algunos países Sudafricanos
(Gonz lez, 2021).
Actualmente, a inicios del año 2020 se desencadenó una pandemia derivada por el virus SARS-COV-2. Esta pandemia generó la toma de medidas sanitarias como la cuarentena, que llevó a la paralización parcial o total de las actividades económicas. Esto ocasionó la reducción de horas de trabajo o incluso la pérdida de empleo para tanto trabajadores autónomos como trabajadores en relación de dependencia en el sector privado y público. Específicamente, en el caso Ecuatoriano, para los trabajadores autónomos y emprendedores informales, la paralización de sus actividades ha ocasionado afectaciones graves a sus ingresos. Como antecedente, a nivel nacional, en el 2018, el 36% de los trabajadores laboraron por cuenta propia. En las regiones más afectadas por el COVID-19
como Guayas, Pichincha, Los Ríos, Manabí y Azuay, estos trabajadores representaron el 38.7%, 31.7%, 36.4%, 38.9% y 38.3%, respectivamente. Entre enero y marzo del 2021, el 46.5% de los trabajadores con empleo se encontraban en el sector informal de la economía. Además, según el INEC (2017), cada vez menos trabajadores autónomos ingresan al sistema de seguridad social y son ellos quienes salen del sistema en mayor medida. Esto evidencia la situación de vulnerabilidad en la que ya se encontraban estos trabajadores antes de la pandemia COVID-19.