Reseña

Para que una organización de regantes se fortalezca y crezca sana, sus miembros dedican mucho tiempo a desarrollar reuniones, procesos de capacitación, talleres y, sobre todo, asambleas generales. En estas asambleas participan personas que tienen diferentes opiniones, puntos de vista y preferencias políticas, por lo que siempre hay discusiones y debates. Esto no es una dificultad. Al contrario, el diálogo, la discusión y el debate pueden llevar a alcanzar mejores resultados. Es muy importante que los dirigentes de las organizaciones de regantes aprendamos a preguntar y a escuchar.

Un buen dirigente primero pregunta, segundo escucha y escucha, tercero analiza, al final habla… Solo al final. Como dicen los árabes, tenemos una lengua y dos orejas. Tenemos que aprender a hablar menos y a escuchar más. Si escucha más, un buen dirigente aprende a ser flexible, a cambiar de opinión si, escuchando lo que dice la gente, ve que es necesario cambiar. Sin embargo, en las reuniones, en las asambleas, cuando se discute sin que nadie dirija el proceso, se corre el riesgo de que el grupo de participantes desvíe la discusión. Que solo unas pocas personas participen o no se llegue a ninguna conclusión, consenso o acuerdo. O sea, no se obtengan los resultados previstos.

Por eso las organizaciones de regantes, como organizaciones de carácter social, deben desarrollar procesos de participación sobre la base del diálogo. Es en la asamblea general, donde deben aplicarse procedimientos parlamentarios democráticos, que incluyan la opinión de todos los miembros de la organización de regantes.