El viaje de Sebastián
Es la historia de un padre que quiere educar a su hijo en los principios de la fe cristiana. No teniendo ya ideas para hacerlo decide escribir un libro, que nace de su inspiración profunda y del alma. El hombre está en una constante búsqueda, siempre busca algo, placer, conocimiento, amor, espiritualidad. Dice la palabra que quien busca encuentra y este libro es aquello, una búsqueda a lo largo de la historia después de la muerte de Cristo de la única verdad y camino que existe y que fue seguida por personas que comprendieron esto y que alcanzaron un grado de espiritualidad muy elevado.
Cada uno de nosotros tenemos dones y virtudes que Dios nos ha regalado y el ponerlos en práctica es misión de vida, desarrollar nuestros talentos, no esconderlos, hacerlos crecer, multiplicarlos y finalmente cumplir con el propósito de Dios Creador, con esto no haremos aquello que menciona el evangelio, ciervo inútil soy no he hecho nada más que hacer lo que siempre debí hacer. Así glorificamos a nuestro Señor y entendemos el significado de nuestra existencia, ser parte de un todo y que ese todo esté en nosotros.
El viaje de Sebastián muestra eso, muestra como alguien que no cree en Dios, pero quiere entender el mundo, el cosmos, encuentra en un viaje el significado de su vida, de su existencia, de su ser. Ve reflejada su vida en la vida de estas personas que llamamos santos y que dejaron una huella imborrable en la historia de la humanidad, siguiendo a Jesús, siguiendo sus ejemplos y enseñanzas, poniéndolas en práctica, y alcanzando la valía mas importante de todas que es la iluminación plena, la unión plena del amor, el regresar a ese todo y ser parte de Él.
Sin duda alguna nuestro mundo carece de estos valores cristianos y verdaderos, nuestro mundo está sumido en un quemimportismo hacia las cosas del espíritu y del alma, son más las preocupaciones materiales que aquejan la vida diaria que lo que se debería buscar en verdad, que es el crecimiento del alma, es el ascenso del alma hasta llegar a la unión plena con Dios como lo expresa San Juan de la Cruz en su obra.
El camino a la santidad es largo y difícil, pero es muy posible y lo han demostrado los santos a lo largo de la historia.
Ser santos significa perfeccionarnos en el amor, las virtudes, en las bondades de la fe, la esperanza y la caridad. Ser santos no es ser raros y ajenos a la vida común, ser santo es hacer como dice San Francisco de Sales no hacer cosas extraordinarias sino hacer lo común, los quehaceres del día a día extraordinariamente bien, esto es ser santo, eso es lo que dura para toda la eternidad, eso no se desvanece ni se va, queda para siempre.
El viaje de Sebastián es justamente eso, un viaje que nos permite encontrar respuestas a preguntas que tal vez tenemos, encontrarnos con nosotros mismos y conocer personas que pudieron llegar a un grado de perfección muy alto y ser llamados santos o doctores de la iglesia en algunos casos.
Es un viaje ameno, divertido, y que puede ser entendido por el más joven al más viejo. Es importante mencionar que viajar siempre nos enseña algo, aquí viajaremos con nuestra mente al pasado y al futuro y entenderemos de la mejor manera posible que he podido explicar por qué estas personas fueron extraordinarias en las cosas ordinarias. La santidad es para todos, la perfección no es un tabú ni una imposibilidad, todo lo contrario Jesús nos dio el camino y Él es el camino, imitarlo seguirlo, amarlo, sean mansos y humildes de corazón como yo soy decía, hagan lo que yo hago y ese fue el gran secreto de los santos ser lo más parecido a Jesús y sí creemos como él mismo nos lo enseñó haremos cosas aún mayores de las que hizo y tal vez así preparemos el camino a su segunda venida aportando con bondad, justicia y fuerza a la lucha contra el mal en este mundo que cada vez está más corrompido en la oscuridad del mal.