Mis mejores cuentos
Los niños de 2 a 6 años, con la ayuda de sus padres o tutores, deben comenzar con su formación lingüística. En un principio, escuchando y representando la narración del adulto, y, posteriormente, experimentando ellos mismos este ejercicio. Los cuentos infantiles clásicos —sencillos, y con su característico «final feliz»— son un buen comienzo.
Una vez que el niño o niña manipula y hojea el libro, intentando leer por sí mismo, trata de reproducir nuevamente estas imágenes, desarrollando su entendimiento categórico y estimulando su capacidad imaginativa. Despierta su lenguaje pasivo y reconoce objetos que ha visto, pero que en su habla no ha sido capaz de usar.
La presente colección de cuentos pretende apoyar con este proceso y crear potenciales lectores. Con su apacible e impecable edición, con sus entretenidas actividades de comprensión e inferencia, estamos seguros de que el niño o niña podrá encaminarse correctamente en este largo camino de aprendizaje que le queda por delante.