Efectos de la violencia familiar en el rendimiento académico de los estudiantes de educación secundaria
La familia es “la unidad funcional que construye cada día el destino de una sociedad” (Suárez y Vélez, 2018, p. 174), por ende, una familia debe contemplar un ambiente adecuado que brinde valores necesarios para una vida en armonía con el fin de que todos sus miembros desarrollen una actitud positiva, una autoestima acertada y un desempeño eficiente en la ejecución de sus distintas actividades.
La violencia familiar es un acto de violencia que puede manifestarse como maltrato físico, psicológico o, incluso, abandono. Esta violencia ocasiona daños y desequilibrios en la persona agredida y en los miembros familiares que se encuentran en una posición de debilidad (Rodríguez, 2018).
Por otro lado, el rendimiento académico, también, es un indicador de la calidad y realidad educativa de un sistema de educación (Hernández-García et al., 2019). Los indicadores pueden ser excelentes si se les otorga la atención debida a los estudiantes con el fin de evitar los actos de violencia o reducir los efectos de la violencia en los estudiantes. Este rendimiento se refleja en las evaluaciones educativas.
La evaluación es un instrumento primordial y complejo en la praxis docente, por ello, su empleo deber se permanente y debe promover la acción de incrementar los aprendizajes de los educandos. Esta herramienta no solo debe considerarse como un acto valorativo sino como una forma de enseñar a los estudiantes (Maureira-Cabrera et al., 2020).
Por todo lo señalado, resulta prudente entablar un diálogo sobre dichos temas, por ello, en este documento, se aportan nociones esenciales sobre la familia, la violencia familiar, el rendimiento académico y los efectos que la violencia puede ocasionar en el desempeño o rendimiento de un estudiante.