Buenos días Cosmos, Buenos días Universo
José Garcés a quien conocí hace años como maestro de escuelas relegadas de la atención del estado subidas a las lomas de Nitón en Tungurahua, no quiere dejar de hablarnos de una pedagogía del diario vivir, Buenos días Cosmos, Buenos días Universo, nos madruga a saludar como un testimonio de un quehacer que ha dejado sembrado en esa moral primaria con que ha educado a sus niños del campo, donde se puede ir en búsqueda de esa reserva respetuosa y de dignidad que guarda o debe guardar en su base un pueblo o una sociedad profunda.