Demonios quisquillosos
Demonios quisquillosos es un conjunto de relatos con una sólida
construcción narrativa; su escritura rítmica y ágil hace que las
historias se lean con disfrute. Si bien hay desniveles entre los
diversos textos, sobresale su trabajo sobre los personajes, algunos de
ellos se mueven en atmósferas marginales no solo sociales, sino
psíquicas y humanas. Ese es uno de los logros del libro: sin caer en el
tremendismo o en un manido ‘realismo sucio’, logra que esos conflictos
limítrofes conecten con el lector.
Uno de los ejes centrales del libro es el tema de la música, el cual
considero que es uno de sus mayores logros, ya que la música (ritmos
alrededor del black metal y otras derivaciones del hard rock) se
convierte en un personaje más de los cuentos. Es la música, en algunos
de los cuentos, lo que lleva a la marginalidad a los protagonistas, pues
son relegados por los miedos y recelos; además, el elemento musical es
tratado como un leitmotiv que se aleja del estereotipo o lugares
comunes, en algunos casos usa el humor como estrategia para romper las
visiones reductoras hacia ese tipo de música.
No deja de estar presente en estos relatos la violencia social en que se
desarrollan las vivencias de los personajes, una violencia nacida desde
el prejuicio, el peso moral; no hay denuncia explícita sino una sutil
manera de dejar ver esas conductas que reprimen y violentan a ciertas
elecciones personales.