Reseña

El mundo nunca será el mismo, el Covid-19 en esencia marco nuevos caminos, otras formas de trabajar, están las nuevas organizaciones, mecanismos de servicio de atención al cliente y relaciones laborales distintas, sin duda la pandemia nos despertó a las sociedades que aún pensaban que elementos como los horario fijos o un reloj biométrico, determinaban los trabajos y eran formas de control efectivo.
Imprimir tanto documento es cosa del pasado, sacar reproducciones es cada vez menos necesario, tener una flash memory no sirve si se pueden guardar los documentos en la nube, el gerente está a miles de kilómetros de su Supervisor y el trabajador en otro país y sin embargo están en reuniones virtuales productivas.
Si las nuevas tecnologías de información y comunicación mostraban que eran determinantes y un eje transversal para que la sociedad se repiense y con ello la empresa asuma nuevos retos, ahora en la post pandemia confirmamos que los cambios son permanentes, necesarios y nunca antes se ha sentido la obligación de tener altos parámetros de adaptabilidad.
Pero hay elementos que no deben cambiar como la construcción de una empresa sobre parámetros adecuados para su funcionamiento, la cultura empresaria debe seguir siendo un parámetro que mide la excelencia y pone estándares importantes de desarrollo, esos deben estar claros y aplicados en todo momento, antes y después de la pandemia.

Al hablar de agentes económicos es importante pensar en las decisiones que se deben tomar en mercados que hoy son absolutamente cambiables, que están supeditados a muchos cambios estructurales y determinaciones de carácter político y además ahora de asuntos de salud y seguridad comunitaria.
Y es que aquello que se miraba en el cine o la televisión, terminó siendo una realidad entre la lucha de vida y muerte y decisiones que generaban total expectativa sobre como reaccionar, que hacer como actuar y sobre todo en el caso de una empresa que hacer para proteger los capitales, la mano de obra y los servicios.
Las consecuencias sociales y económicas del Covid-19 son complejas, faltan aún muchas cifras por validar y de pronto aún no sabemos el costo alto que esta pandemia tuvo por ejemplo en temas sicológicos y afectaciones médicas de salud posterior que pondrán otros escenarios en las relaciones empresario - trabajador.
Si bien el gobierno ha dado cifras sobre las pérdidas en sectores como el turismo, exportaciones, importaciones, educación, no se analiza un efecto importante en la estructura emocional de los trabajadores y sus relaciones afectadas con un aislamiento forzado, con la pérdida de un trabajo, con la destrucción de una relación matrimonial o lo doloroso de entender que recién estaba conociendo a su familia.




Esta obra muestra además los sectores más y menos afectados en la post pandemia, le que puede permitir generar alertas sobre una situación que no ha terminado del todo y que podría presentarse nuevamente con una variable y con consecuencias terribles para una sociedad que aún deben aprender varias lecciones.
Para muchos empresarios fue un tiempo de reaprender, consolidar una base fuerte de empleados además de equipos altamente eficientes que con un ordenador desde algún lugar de la casa evitaron que la producción se detenga.
Pero del otro lado otras simplemente tuvieron que cerrar y con ello muchas plazas de trabajo fueron desapareciendo y nada se pudo hacer, la sociedad tuvo que velar a sus muertos, pero también mirar como se quitaban un rótulo y se ponía fin a una era de servicio y atención al cliente.
Contar con análisis de los escenarios y sus consecuencias, pueden ser una alternativa para que las empresas puedan establecer un plan de acción pertinente para su organización y públicos internos y externos y es que ahora debemos estar listos para asumir nuevos horarios y disposiciones, mirar nuevos mercados y oportunidades, sentir que debemos ser otros actores dentro del contexto social como empleados y ciudadanos.
Muchos gerentes continúan hablando del camino que deben seguir ahora, de como se puede fondear una empresa en medio de una sociedad paralizada completamente, presa no solo de un riesgo económico sino de un miedo general.


Nunca antes había tomado sentido el proverbio chino de que el aleteo de una mariposa se podía sentir al otro lado del mundo, cuando de pronto vino la pandemia y todo parecía estaba muy lejos de nuestra realidad y se confirmó que nos equivocamos de nuevo.
Y es que a la final la gente se refugió en casa, pero quienes debieron optar por no detenerse y aprender en el camino fueron las empresas, pues a la final hambre se tiene con o sin pandemia, la salud necesita proveedores, la seguridad que sea abastecida, fue un momento donde se confirmó la importancia de una administración que no detenga su camino.