Mi sed de escribir
La poesía, además de ser un hecho estético, es un profundo acto humano. Voces de Vallejo, de Hernández, y tantos poetas señeros de la humanidad.
El trasunto de los Moreno, en Eugenio Moreno Ortiz, el padre, el abuelo, sus ancestros; voz que busca en los claroscuros del ser, y va a la tierra, y al salobre mar desde donde regresa. Palabra de espesos muros y estrechas ventanas, que abre caminos, desbrozando en la vida, en los recovecos del hombre.
Retorna primigenio, en alguno de sus textos, cuando desnuda y deja libre su alma de toda oscuridad: «…y siento pasar por mí mil estaciones, / todas las vidas que un día tuve / y cien soles queman mi cuerpo y purifican mi alma, / voy quedando libre…/…el aire me ama y yo a él…/ todo me sonríe, / todo canta, / todo es luz, / y yo soy feliz».