Hasta la vuelta Señor
Nos faltaba un detalle que permita a nuestra empresa dar una imagen tradicional y propia del espíritu quiteño. Vino, entonces, en nuestro auxilio el espíritu de un personaje que es tan quiteño como quiteño su proceder de los habitantes de la querida capital ecuatoriana: la creatividad y la inventiva situacional frente a problemas y situaciones complejas de la vida citadina, con cuyas ocurrencias el habitante de esta hermosa ciudad suele solucionar sus acuciantes problemas. Este personaje no podía ser otro que el padre Manuel Almeida, fraile franciscano que vivió en el primer cuarto del siglo XVIII en la recoleta de San Diego, localizada en el extremo occidental de Quito. El padre Almeida es el actor y ejecutor de su famosa leyenda recogida por varios historiadores, pero ampliada más tarde por el experto en historia y arte colonial José Gabriel Navarro, quien da vida y sentido a esta leyenda.