Reseña

En los actuales momentos de crisis del modelo civilizatorio de la modernidad, crisis del sujeto (subjetividad-es e intersubjetividades), de la sociedad que ha ido perdiendo sus sentidos comunitarios, de las instituciones de un Estado débil frente a un mercado global en confrontación; crisis generada, en parte, gracias a que los medios de comunicación y las tecnologías de información han penetrado de manera significativa en el centro de los procesos productivos y de trabajo, y han dinamizado y optimizado la organización del capital en términos de tecnocapitalismo informacional. Crisis en el sistema político liberal representativo, que ha perdido legitimidad y referentes éticos básicos de vida civilizada, y ha generado un modelo caótico, represivo e ineficiente. Simultáneamente, crisis ambiental del planeta por la acción depredadora de la naturaleza por las grandes transnacionales del capitalismo contemporáneo. Es frente a este panorama que surge no sólo como una necesidad, sino como una urgencia, el fortalecimiento y la ampliación del trabajo científico para seguir produciendo, y sobre todo renovando, pensamientos y prácticas críticas con posibilidades y potencialidades de transformación sociocultural y epistémica.

El reto es construir una contrahegemonía en la perspectiva iniciada por Antonio Gramsci, que nos permita pensar, imaginar y actuar en la construcción de una sociedad distinta, más humana y menos desigual. Y es aquí, donde la comunicación ha jugado y debe seguir jugando un rol importante en estos procesos, al hacer que el ejercicio de la imaginación y de la imaginería epistémica oriente, inspire y fortalezca los proyectos de cambio y democratización; y así poder actuar y pensar la comunicación y la cultura desde otros paradigmas, con metodologías propias, en clave latinoamericana.