Tierra tres veces maldita
Hay que ser abogado o periodista de esta nación de eminencias grises para creer que es una amenaza, y no la salvación, vivir entre fallas geológicas y volcanes, escribe César Ramiro Vásconez mientras enlaza la vida defectuosa y espléndida de Alfredo Gangotena, y con él a todas las fuerzas extrañas de la primera mitad del siglo XX. Es el retrato encantado de una generación de oro, con un riñón en América y otro en
Europa, entre pasadizos y consulados, momias de laboratorio y semillas de amapola. Solo las personas provocan más pavor que los fantasmas, sentencia el autor, pero estamos frente a un prodigio, porque logra conjurar al espectro y hacerlo carne sin que pierda su visión radioactiva de poeta. Algún día despertará la placa de Nazca rozando a la placa
Sudamericana y estrujarán a esta ciudad infecta, que tanto me hizo reír la primera vez que la leí, hace años ya, y todavía me encanta.
Martín Felipe Castagnet