Reseña

En su lenguaje tan claro y sutil, no deja de sorprender con imágenes que evoca desde el sentimentalismo y es culpa de la añoranza en el corazón juvenil, y no deja de vibrar en sintonía con el mundo cotidiano. Su minucioso detalle en la descripción de todo lo que se vive, se mueve y se contempla como un ejercicio de reflexión y de difusión, de promoción y conocimiento cultural de su tierra. Y es precisamente lo identitario que se traza en este poemario que desde la simplicidad busca su complejidad. A la licenciada Albán parece que las palabras de Neruda le retumban: ¿Se va la poesía de las cosas / o no la puede condensar mi vida?, precisamente su vida se condensa en lo que cotidianidad de los días hace sentir frágil, ella lo trasciende, lo exalta y lo exulta. Desde algo tan inerte que logra vitalidad en los ojos de la mujer que se atreve a evocar desde la palabra, una fina capa de sensibilidad. (...) Como educadora, la licenciada Albán nos recuerda que el ejercicio escritural no es solo la esteticidad, la retórica y el retorcido universo onírico lo que es fuente de inspiración, sino que la lengua y el lenguaje deben de ponernos en el camino de la formación y de la educación a través del quehacer poético.

Luis Franco González