Tatuajes, destellos y nostalgias
... El macabeo aprendió a luchar de igual a igual, con el
Shuar y con el Blanco. No tuvo miedo de participar
en el conocimiento de los ritos mágicos para limpiar
su espíritu, por ello adquiere el conocimiento de
la naturaleza que le rodea, cultiva su tierra con el
esmero propio de los elegidos, prepara sus alimentos
a base del palmito, la carne de monte, la yuca, el
ayampaco y la guayusa; nada y navega sus ríos, goza
de sus fiestas, trabaja sus huertas honrando a la
madre tierra, nadie como él para dominar el bosque
tupido, por eso es la raza generosa y altiva...
... Esta bella obra literaria invita a sentirnos orgullosos
de una epopeya humana, es un llamado especial a la
juventud para compartir el deseo del autor de retener
una cultura que se despide, develar los secretos que
intentan irse, perennizar la imágenes de un pasado
de grandeza que cede terreno, como manifiesta Juan
“con cada árbol que golpea en tierra”."