Reseña

La Academia Ecuatoriana de la Lengua (AEL) celebra los ciento cincuenta años de fundación. El 15 de octubre de 1874 la Real Academia Española (RAE) resolvió la creación de esta institución en el Ecuador. Cinco de los seis fundadores eran ecuatorianos y el sexto, colombo-ecuatoriano, todos, miembros correspondientes de la RAE. Su reconocimiento jurídico data del 4 de mayo de 1875. Es la tercera entre las veintitrés corporaciones de esta índole, luego de la española (1713) y la colombiana (1871).
Con Pórtico. Antología de discursos de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. 1884-1935, la AEL conmemora su fundación. Doña Susana Cordero de Espinosa, primera mujer en el cargo de directora, dispuso que la selección correspondiera a las Memorias publicadas hasta 1950. Habría sido lo ideal, pero lamentablemente hubo períodos en los que no se editaron, debido a variadas circunstancias históricas e institucionales.
Hemos recurrido a la palabra pórtico como título de la antología, convencidos de que este conjunto de textos, dada su trascendencia, constituye una singular aproximación, en sentido figurado, a la permanente contribución cultural, espiritual e histórica de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.
El primer número (1877) se perdió durante la dictadura de Ignacio de Veintemilla. Luego de la caída del tirano, triunfa el movimiento político conocido como Progresismo (1884-1893), período bajo el cual aparecieron once Memorias.
Entre 1893 y 1922 se produjeron sucesivos cambios políticos, de los cuales se informa en el prólogo de la antología. En ese lapso se dieron a la imprenta trece Memorias, que, sumadas a las once del siglo XIX, dan un total de veinticuatro.
Se trata de excelentes discursos, por su valor literario y también histórico, los más de derecha moderada con influjo del catolicismo; el lector podrá encontrar temas no conocidos en la memoria nacional, y alusiones o semblanzas de personajes ejemplares. “París bien vale una misa”.