Cien inviernos y una vida
El texto resalta el valor de los relatos de vida como puentes entre generaciones y testimonios auténticos de la resiliencia humana. Desde una mirada personal y profesional, la autora reivindica la escucha activa, la empatía y la dignidad en el cuidado de los adultos mayores. La obra se presenta como un homenaje a la memoria, la sabiduría y la fragilidad del envejecimiento, invitando a revalorizar esta etapa como un tiempo pleno de significado, afecto y aprendizaje para las nuevas generaciones.