Este hombre que me invento
Benita López Peñate y Reyna Esperanza Cruz han escrito un libro insólito, que cumple dos hazañas difíciles de alcanzar: escribir poesía de calidad al alimón y nada menos que en el tema del amor. El arte es siempre un polígono convencional donde se representan con eficacia las fuerzas elementales de la vida, y la poesía es el vapor vivo y profundo de ese polígono, que es capaz de edificar con la palabra fascinantes estatuas de oxígeno. Ambas, en un prodigioso gesto armónico, cada una desde sus más hondas corrientes de deseo y exhortación, han fusionado sus voces en el viento, y el lector escuchará una sola música fina cantando hacia la ensoñación de la víspera y el advenimiento