Interculturalidad y prácticas educativas en el contexto latinoamericano
Es evidente que, en los últimos años, los diversos fenómenos sociales, económicos, políticos, que han venido ocurriendo ubican a las sociedades actuales frente a retos sin precedentes. La globalización económica, los conflictos éticos, el incremento de las nuevas tecnologías, el deterioro ambiental y los movimientos migratorios han modificado sustancialmente el tejido social, lo que requiere, de manera perentoria, reformulaciones de los principios que norman las relaciones entre individuos y grupos, especialmente en aquellas sociedades que abogan por los principios de equidad y justicia social.
Estos planteamientos exigen, de acuerdo con Aguado, viabilizar “procesos de apertura y cambio hacia nuevas formas sociales que hagan posible la convivencia de grupos culturales diversos en el seno de una sociedad dada” (Aguado, 2002:16). Más aún si se asume, desde un enfoque intercultural, pues la atención a la diversidad cultural involucra a toda la sociedad en su conjunto y a cada uno de sus miembros en particular. No se trata de formular actuaciones específicas para grupos culturales diversos, sino de incorporar una nueva perspectiva que afecta a todas las dimensiones y a los participantes de los procesos sociales.